Como muchas veces me habréis oído, la playas de Sopela tienen un encanto natural para la practica de deportes acuáticos y en especial el surf. En la temporada de otoño-invierno es cuando mas actividad surfista hay en estas playas, mas que nada porque a finales de noviembre atacan al litoral vizcaíno las llamadas mareas vivas y aunque en esa parte del año en la costa vizcaína el tiempo es una lotería, la gente suele acudir a practicar este bello deporte. Actualmente en las playas de Sopela existen unos cuantos clubes de surf, entre las playas de Barinatxe y Arietara, en ellos se dan cita una innumerable cantidad de jóvenes para la practica de este arriesgado deporte.
En los meses de verano estas playas suelen estar abarrotadas de gente, tomando el sol o dándose un baño en sus limpias aguas, gozan de gran fama entre los aficionados a la playa y son un punto obligado para esta gente en los meses de verano.
Sin pensarlo mucho me anime a acudir a estas playas a sacar alguna foto, mas que nada porque al levantarme de la cama vi el día algo despejado y deduje que seria un día idóneo para sacar alguna foto. En cuanto acabe las labores de la casa, prepare la cámara u otros utensilios para realizar esta sesión de fotografía y salí en dirección hacia estas playas. Después de pensar a que playa iría, elegí el ir a la playa de Arietara porque pensé que allí habría mejores condiciones para sacar alguna fotografía. Nada mas llegar a esa playa vi que el día estaba idóneo, en sus cielos se podía ver alguna nube, pero no eran demasiadas y según mi gusto había la suficiente luz para sacar fotografías. Aparte de eso comprobó que con una ISO 200 se podan hacer las fotos sin el riesgo de que saldrían movidas, ya que con esa ISO podía tirar a una velocidad 1200 fácilmente, la necesaria para que no saldrían las fotos movidas.
Y aunque las condiciones de luz eran bastantes buenas, la situación de los surfistas estaban bastante lejos porque las olas rompían lejos de la orilla y normalmente mi cámara a esas distancias, tiene dificultades para enfocar con seguridad. Pero en mi interior sabia que esas deficiencias no serian un gran obstáculo para sacar algo decente, así que encendí la cámara, estire el zoom casi a tope (sobre 600mm en FF) y empecé hacer alguna prueba antes de intentar sacar a los surfistas, en las pruebas ya me di cuenta que quizás la costaría un poco enfocar y que me tendría que emplear a fondo para hacer algo curioso.
Como es habitual en mi forma de hacer este tipo de tomas, puse el punto de enfoque en el centro, desactive el desestabilizador de imagen, puse en modo ráfaga de fotos a la cámara y empecé hacer barridos a los surfistas. Estos barridos son una técnica bastante interesante para este tipo de fotografías, con ellos se puede conseguir instantaneas mas nitidas y consisten básicamente en ir moviendo la cámara en la misma dirección y velocidad que se desliza el surfista. Al estar tan lejos los surfistas y que olas rompían bastante pronto, es decir, que entre pico y pico eran bastante cortas, había una dificultad extra para saber cuando empezaban a maniobrar y casi cuando te dabas cuentas ya estaban a mitad del recorrido, con lo que muchas ocasiones se haba perdido la secuencia de fotografías
.
En muchas ocasiones el contraste de la espuma del agua y el efecto de cuando rompen las olas dejan unas composiciones bastante agradables a la vista. La unión de estas dos cosas si le sumamos la sensación de esfuerzo del surfista hace que nuestras fotografías transmitan una sensación de paz interminable, pero quizás la causa de todo esto la tenga la magia que posee la fotografía, que nos imaginar algo en nuestro subconsciente que difícilmente en la vida diaria lo podríamos apreciar. Yo en bastantes ocasiones me sorprendo lo que es capaz de hacer este invento tan sencillo con una dosis muy pequeña de imaginación y aunque creas que tu ojo ha apreciado la mayoría de las cosas, no es verdad, porque después de visionar las fotografías en tu ordenador te das cuenta de la magia que posee ese tan simple invento llamado fotografía.
En la lejanía de la playa se podía apreciar a un grupito de surfistas que llevaban un tipo de tablas mas grandes (Malibu o Long-board), estas tablas tienen la facilidad de que es mas fácil remar con ellas y si el lugar donde están las olas anda muy alejado es fácil llegar a el, es decir, sin mucho esfuerzo. Normalmente, este tipo de tablas no se ven mucho en la costa vizcaína, porque son difíciles de usar para remontar las olas y por lo general son idóneas para olas de pico mediano con poca dificultad técnica
Como es habitual en mi forma de hacer este tipo de tomas, puse el punto de enfoque en el centro, desactive el desestabilizador de imagen, puse en modo ráfaga de fotos a la cámara y empecé hacer barridos a los surfistas. Estos barridos son una técnica bastante interesante para este tipo de fotografías, con ellos se puede conseguir instantaneas mas nitidas y consisten básicamente en ir moviendo la cámara en la misma dirección y velocidad que se desliza el surfista. Al estar tan lejos los surfistas y que olas rompían bastante pronto, es decir, que entre pico y pico eran bastante cortas, había una dificultad extra para saber cuando empezaban a maniobrar y casi cuando te dabas cuentas ya estaban a mitad del recorrido, con lo que muchas ocasiones se haba perdido la secuencia de fotografías
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En muchas ocasiones el contraste de la espuma del agua y el efecto de cuando rompen las olas dejan unas composiciones bastante agradables a la vista. La unión de estas dos cosas si le sumamos la sensación de esfuerzo del surfista hace que nuestras fotografías transmitan una sensación de paz interminable, pero quizás la causa de todo esto la tenga la magia que posee la fotografía, que nos imaginar algo en nuestro subconsciente que difícilmente en la vida diaria lo podríamos apreciar. Yo en bastantes ocasiones me sorprendo lo que es capaz de hacer este invento tan sencillo con una dosis muy pequeña de imaginación y aunque creas que tu ojo ha apreciado la mayoría de las cosas, no es verdad, porque después de visionar las fotografías en tu ordenador te das cuenta de la magia que posee ese tan simple invento llamado fotografía.
En la lejanía de la playa se podía apreciar a un grupito de surfistas que llevaban un tipo de tablas mas grandes (Malibu o Long-board), estas tablas tienen la facilidad de que es mas fácil remar con ellas y si el lugar donde están las olas anda muy alejado es fácil llegar a el, es decir, sin mucho esfuerzo. Normalmente, este tipo de tablas no se ven mucho en la costa vizcaína, porque son difíciles de usar para remontar las olas y por lo general son idóneas para olas de pico mediano con poca dificultad técnica
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