Ayer fue uno de esos días tristes de verano, en los cuales se nota un contraste excesivo entre el pegajoso calor y los grises cielos. En estos días, de grandes nubes negras y suelos mojados, dan la sensación que estamos ante un día puramente de invierno y es como si alguien desde el mas allá, nos quisiera cambiar de estación de un día para otro.
A menudo, en nuestra tierra sucede que después de unos días cálidos y resplandecientes se pasa a un día gris, en ocasiones, esto para mucha gente les trae sensaciones relajantes y, sobre todo, una dicha especial.
Para mi, tambien estos dias nublados tienen un encanto especial, siempre y cuando sus enormes nubes se dejen fotografiar. Hay dias, que plasmar toda esa cantidad de nubes en una fotografia es dificil, porque generalmente el sol se esconde en ellas y el horizonte de nuestra fotografia siempre nos aparece, cosa que los aficionados a la fotografia odiamos bastante. Pero, el pasado dia no sucedio esto y esas densas y de gran tamaño se dejaron fotografiar sin ningun reparo
En esta ocasión partí desde la pasarela Zubuzuri, la cual nos la encontramos casi a mitad de camino entre el Ayuntamiento de Bilbao y el museo Gugenheim, al pasar de frente a ella llama la atención su moderno diseño y lineas infinitas. Para mi esta pasarela tiene algo especial, puedes ir doscientas veces a hacerle alguna fotografía, que ninguna de las que hagas te saldrá idéntica a la otra. Es como si su conjunto arquitectónico, tendría algo tan atrayente que nos obliga a repetir distintas tomas desde ángulos opuestos.
Después de sacar varias tomas a esta singular pasa. mi paso y no encontraba un lugar que me llamara especialmente la atención, porque casi siempre solemos repetir las mismas tomas de este entorno. Sin embargo, hoy quería hacer algo diferente y después de dar varias vueltas al museo, elegí este lugar. Pensé, que este espacio daría un fiel testigo de la magnitud del edificio. Por otro lado, el día nublado le aportaba esa dosis misterio que siempre me gusta aportar a mis fotografías, es como obligar, al que mira la fotografía a sumergirse en este entorno mágico.
En estas epocas de verano, este famoso museo suelo estar muy transitado por turistas, generalmente atraidos por el diseño varguandista del edificio. De paso, este museo les obliga a conocer otros lugares de la ciudad y generalmente, se suelen sorprender del entorno que rodea a nuestra ciudad.
Mi paseo fotográfico estaba a punto de finalizar y decide volver al mismo lugar donde lo había empezado. En ese trayecto, volví tras mis anteriores pasos, obligandomé a pasar por los mismos lugares que anteriormente había pasado. En dicho trayecto, circula un tranvía algo singular, el cual atraviesa una parte de ciudad. Este tranvía tiene la singularidad de circular por un pavimento de hierba, el cual parece estar inmerso en un paisaje casi idílico o de cuento de hadas.
Haces unas fotos muy interesantes, me gustan, esta última de los railes del metro la hice yo hace varios años y queda precioso el verde de la hierba en su conjunto.
ResponderEliminarVolveré para ver lo que cuelgas.
Saludos.
Haces unas fotos muy interesantes, me gustan, esta última de los railes del metro la hice yo hace varios años y queda precioso el verde de la hierba en su conjunto.
ResponderEliminarVolveré para ver lo que cuelgas.
Saludos.