Hacia meses que no me acercaba a la playa para hacer fotos de surf, una de mis grandes pasiones. Si os soy sincero, es un tipo de fotografía con el que disfruto enormemente y siempre que veo unas ciertas condiciones acudo a sacar unas instantáneas.
Como bien sabéis una de mis playas favoritas para hacer este tipo de fotografía es la playa de Sopela, la cual esta a unos 20 km. de la capital bilbaína. Generalmente, esta playa suele ser un punto de encuentro para la gente amante a este deporte y, sobre todo en verano podemos ver a una serie grande de surfers practicando el citado deporte.
Nada mas levantarme vi que el cielo estaba bastante cubierto, con grandes formaciones nubes grises amenazando lluvia, pero al rato el panorama cambio y en una esquina se podía ver como el sol iba cogiendo protagonismo, retornando las nubes grises por cielos algo azules. Cuando ocurre todo este cambio, no sabemos cual es la causa, pero interiormente nos entra una alegría tan intensa que es difícil de describir.
Sin pensarlo mucho, desayune a toda pastilla, cargue todos mis juguetitos para hacer fotografías y puse rumbo hacia la playa de Sopela. Durante el camino, vi que el azul del cielo iba ganando terreno a las nubes blancas, lo cual me iba mas y mas. Pensaba en mi interior que seria un día idóneo para hacer este tipo de fotografía, por un lado las condiciones lumínicas eran bastante buenas (Ni muchas luces, pocas sombras) y por otro lado, llevaba mucho tiempo sin disfrutar de este tipo de tomas. A veces, esta disciplina fotográfica es como un tipo de droga, como si te la hubieran inyectado en vena y cuando estas mucho tiempo sin practicarla, la echas de menos.
Ya en la playa, me di cuenta que las olas no eran excesivamente grandes, alrededor de 1 metro mas o menos. Me percate en ese momento que estaba subiendo la marea y quizas con esa subida el panorama cambiaria y aunque hubo un moment, en que la marea hizo amago de traer olas mas grandes, con el tiempo se estabilizo y quedaron en esa misma altitud.
Aun con todo esto, los surfers no se echaron para atrás y se metieron al agua para disfrutar de una jornada de autentico disfrute entre ola y ola. Era emocionante el observarlos como iban sorteando las diferentes dificultades que se presentaban a su paso, en ocasiones llegaban a los limites de física y hacia que se cayeran al agua. Pero aun así, volvían a levantarse, buscando otra ola, la cual podrían sortear de mejor manera.
Poco a poco las olas iban perdiendo intensidad y de hecho, rompían mucho antes, con lo surfearlas se ponía bastante complicado. Tal vez, era a causa de la climatología cambiante en esos instantes o porque el viento de norte que había entrado a la mañana estaba a punto de desaparecer. De hecho, la tempertura estaba empezando a subir de grados y los cielos estaban despejados completamente.
Así, que esta jornada pasada, para mi fue un autentico disfrute de sensaciones, porque se echaba de menos este tipo fotografía. En esta especialidad, tiene una vital importancia la velocidad de tu dedo, el seguimiento de la escena y sobre todo, una gran dosis de suerte para que las fotos te queden bien enfocadas.
En esta sesión use un zoom bastante largo, mi 70-300, que en este tipo de ocasiones con buena luz, rinde bastante bien. Luego en casa, las he modificado un poco el encuadre, alineándolas con respecto al horizonte y dándolas un extra de enfoque.
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