Hacia tiempo que no cogía mi cámara, tal vez eran las pocas ganas de sacar una instantánea o que en verano no es mi época preferida para salir a fotografiar. Pero por una cosa o por otra, mi cámara estaba aparcada en la vieja estantería de mi armario. El polvo se iba apoderando de su vetusta funda, decía a gritos que usases y así, desaparecería el molesto polvo encima de ella.
Hoy al despertarme pensé que era el día acertado para desenfundar mi cámara y disparar unas cuantas fotografías. El día estaba bastante despejado, con unas estelas nubosas en el horizonte y unas condiciones lumínicas bastante buenas. Así, que no me lo pensé mucho y partí rumbo a alguna playa surfera. En esta jornada elegí la playa de Sopela (Vizcaya), una de las playas que para mi tiene un encanto especial, tanto por su cercanía como la calidad de sus olas.
Al llegar a la playa me pude dar cuenta que estaba bastante concurrida, tal vez por efecto de que era un día festivo y el plan de pasar un rato en la playa era bastante atractivo para mucha gente. Me sorprendió bastante la cantidad de gente que había, unos paseando por la orilla y otros en lejanía divisando la actividad que en esos momentos se generaba en la playa. En fin era bastante agradable el comprobar que en los días de otoño nuestras playas se llenan de multitud de gentes, con la simple intencion de disfrutar de estos dias soleados.
En el día de hoy la calidad de las olas no eran excesivamente buenas, alrededor de 1,5 m de pico a pico y aparte de todo eso, las olas aparecían bastantes lejanas, Con esas condiciones del mar, mi lente se quedaba algo escasa y tendía bastante a que la cámara no cogería el foco deseado. En esos instantes la marea estaba subiendo levemente, pero sin pausa y aun con todo, los intrépidos body-boarders estaban algo lejos.
Poco a poco los bodi-boarders se iban acercando mas a la orilla y pude realizar una serie de unas cuantas tomas. En esta ocasión me decante por una lente bastante larga, un zoom 140-600, la cual en ocasiones se me quedaba todavía algo corta. Para este tipo de fotografia suelo casi siempre la misma configuración en la cámara, es decir, disparo a una ISO 400, F5,6 de abertura de diafragma y casi siempre en modo A (abertura del diafragma). Intento que la velocidad de obturación sea algo alta, alrededor 1/800 s..
En algunas imágenes intento en la edición darle un toque característico y tal vez, en ocasiones me paso con el retoque, quedando el conjunto final un poco artificial. Sin embargo, a mi me encanta destrozar las fotografias, darle esa especie de contraste artificial distinto de la realidad y intentar quien ve mis tomas por primera vez crearle una especie de curiosidad.
Al contrario de lo que podemos pensar, este tipo de deportes marinos tambien crea profundas amistades entre sus practicantes. En un principio, se tiene la sensación que este tipo de deporte son bastantes individualistas, pero la realidad nos hacer cambiar de creencias y estos deportes tambien generan intensas amistades entre sus practicantes.
Espero que mi vuelta a la senda fotográfica os halla gustado, han sido casi dos meses sin hacer nada de fotografia y de verdad, que echaba en falta el apretar el botón del obturador de mi cámara sin para. En fin, el hacer fotografias para mi es una especie de disfrute personal del cual nunca me podre separar y seguiré ideando en mi cabeza nuevas composiciones. Como todos sabéis, las fotos salen de nuestro cerebro y la cámara es solo un simple instrumento para materializarla.
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